Entrevista: Andrea Heins, Presidenta de CACME Argentina

 

Tenemos el gusto de contar hoy con Andrea Heins, Presidenta del Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía (CACME). De sus más de 20 años de experiencia,  destacar su capacidad para el desarrollo e implementación de políticas públicas, gestión de proyectos de eficiencia energética y diseño de estrategias y programas. Sus estudios como ingeniera química junto a su trayectoria profesional en el sector energético son claves para liderar la organización.

Andrea Heins #SheLeadsTheChange

    • ¿De qué trata su organización/proyecto y qué es lo más le gusta de su trabajo? 

    El Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía (CACME) es el vínculo entre el Consejo Mundial de la Energía (WEC por sus siglas en inglés) y las personas y organizaciones relacionadas al sector energético en nuestro país, tiene como misión “Promover y apoyar los esfuerzos del WEC en la obtención y el uso sostenible de la energía para el mayor beneficio de la población”. Desde el CACME colaboramos en el proceso de difusión local de políticas y tecnologías energéticas exitosas en el mundo, y promovemos el debate sobre temas energéticos con el aporte de especialistas nacionales y extranjeros de los países miembros. 

    Como consultora en eficiencia energética asesoro a gobiernos, empresas y organismos internacionales para el desarrollo e implementación de políticas, medidas y programas que permitan capturar los beneficios de la eficiencia energética. 

    En ambos casos, lo que más me gusta es poder contribuir a las discusiones sobre la Transición Energética y generar programas con impactos concretos que permitan mitigar las emisiones de GEI y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

     

    • ¿Cómo contribuye a mejorar el medio ambiente? 

    La eficiencia energética impacta positivamente en el ambiente, tanto en la reducción de GEI como de emisiones locales que impactan en la calidad, que a su vez impactan en la salud de las personas. Desde mi trabajo diario acompaño a distintos actores a mejorar la eficiencia energética de sus organizaciones. 

    También dedico mucho de mi tiempo a generar conciencia sobre la importancia de estos temas a través de charlas, publicaciones y trabajo académico en distintas universidades. 

    • ¿Qué otras mujeres le han inspirado en su carrera? 

    Cuando comencé mi carrera profesional, allá por el año 98, entré al Centro de Tecnología Aplicada de YPF, donde había un grupo de mujeres excepcionales que me inspiraron tanto en lo profesional como en lo personal, en especial en la famosa “conciliación familia-trabajo”. Ellas me enseñaron a través de sus experiencias que no había una receta única y que todo era posible si uno se lo propone. No podemos desconocer que el contexto nos pone algunas limitaciones, pero tampoco por eso vamos a anticiparnos y a ser nosotras las primeras que nos fijemos esos límites. 

    A lo largo de mis más de 20 años de carrera me he cruzado con numerosas mujeres, en distintos roles, mi primera jefa, pares, colaboradoras, siempre he generado muy buenos vínculos recuperando lo mejor de cada una.  

    Hoy una mujer inspiradora es Angela Wilkinson, la Secretaria Ejecutiva del World Energy Council, que viene incentivándonos a todos los formamos la comunidad del WEC en trabajar en “Humanizar la Energía”. En lo personal considero que en este rol de humanización las mujeres podemos aportar una mirada diferente, que ojo, no es mejor que la de los hombres, pero sí distinta, y es esta diversidad de miradas y enfoques la que nos va a ayudar a acelerar el camino que debemos recorrer para alcanzar los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible. 

    • ¿Qué tipo de apoyo le ha resultado útil para avanzar en su carrera? 

    El principal apoyo fue el de mi familia, en primer lugar, mi marido que me acompañó en todas las decisiones que fui tomando a lo largo de mi carrera, sin cuestionar nunca nada, somos un equipo y el trabajo de ambos es parte de ese equipo. El acompañamiento de mis hijos también fue clave. Me permito una anécdota, hace algunos años viendo una serie con mi hijo mayor -tendría en ese entonces unos 10 años-, había una escena que transcurría en los años 30 y uno de los protagonistas le hacía un escándalo a su esposa porque no quería que trabaje, mi hijo me miró muy extrañado y me dijo “no entiendo mamá, ¿por qué se enoja?, ¿cómo no va a trabajar?”, el que la mujer no trabaje era una opción que en su cabeza no estaba disponible. ¡Ahí entendí que habíamos hecho las cosas bien!, estábamos frente a una nueva generación donde había cosas que ya no se prestaban a discusión. 

    • ¿A qué retos se ha enfrentado en su viaje profesional que podrían ayudar a otros? 

    Uno de los momentos más difíciles fue cuando por tomarme 1 mes adicional de licencia por el nacimiento de mi segunda hija a final de ese año me hicieron una evaluación de desempeño donde en lo descriptivo decía que había superado las expectativas pero al momento de poner una calificación, como debían ajustar una curva normalizada y “alguien tiene que quedar por debajo” el comité evaluador decidió que esa persona era yo, todos sabían que mi desempeño había sido destacado los meses que estuve trabajando (y lo habían puesto por escrito), pero necesitaban “ajustar la curva” y era la variable más fácil. En ese momento me amargué mucho, hoy es solo una anécdota que habla más de esas personas que de mí. A otras mujeres les diría que frente a ese tipo de situaciones peleen por lo que les corresponda, pero sin renunciar a sus derechos ni haciendo el doble de trabajo del que deberían para tratar de demostrar algo. El o la que no nos valoriza lo suficiente no merece un esfuerzo adicional de nuestra parte. Y sí, dije “o la”, porque muchas veces las discriminaciones por género vienen de otras mujeres, es una realidad que no podemos, ni debemos, desconocer. 

     

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