Florencia Donnet es Ingeniera Civil, graduada en la Universidad Nacional de Rosario, y ex becaria en Promoción de la Eficiencia Energética y Conservación, Japan International Cooperation Agency (JICA), Higashi-Hiroshima, Japón. Ha sido Directora de Eficiencia Energética en Edificaciones y Sector Público, en la Secretaría de Energía de la Nación; y ha liderado el Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas, desde 2018 a 2021, habiendo participado de su desarrollo desde la instancia inicial, como Asesora Técnica en la Secretaría de Energía de la Provincia de Santa Fe. Actualmente, se desempeña como consultora independiente, brindando asesoramiento en Políticas de Eficiencia Energética; y es Profesora invitada en la Diplomatura de Eficiencia Energética y Energías Renovables, de la Universidad Nacional de Rafaela.
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- Como experta en eficiencia energética, ¿conoce las estrategias que se están llevando a cabo en Argentina?
Durante los últimos seis años, he trabajado en el sector público y he desarrollado mi carrera profesional desempeñándome en la elaboración e implementación de políticas de eficiencia energética. Si bien mi trabajo ha estado fundamentalmente orientado a las edificaciones de uso residencial, he tenido la posibilidad de participar activamente de múltiples programas y actividades destinadas a los diferentes sectores de consumo.
En base a dicha experiencia, y dado que recientemente he emprendido un nuevo camino como consultora independiente en la materia, puedo decir que me encuentro en pleno conocimiento de los programas de eficiencia energética vigentes, tanto sectoriales como transversales, y de otras acciones complementarias que se continúan impulsando. Sin embargo, aunque existan grandes avances en este campo, me atrevo a decir que aún no existe una “estrategia” de eficiencia energética como tal; entendida como el conjunto de acciones meditadas, planificadas y sostenidas para alcanzar un fin determinado.
- ¿Existe un compromiso por parte de las empresas/instituciones públicas?
Desde mi punto de vista, creo que efectivamente existe cierto grado de compromiso por parte de muchas instituciones, tanto públicas como privadas. Sin embargo, considero que dicho compromiso, en general, se encuentra particularmente relacionado con el ambiente y el desarrollo sostenible, y no específicamente con la eficiencia energética – cuyo concepto, aún hoy, se encuentra escasamente difundido en la sociedad –.
Esta situación se debe, originalmente, a la falta de información y concientización de la ciudadanía en general, y al desconocimiento por parte de las instituciones, acerca de los múltiples beneficios de la implementación de medidas de eficiencia energética, y su real importancia en la mitigación de los impactos del sector energético. Asimismo, la ausencia de una estrategia nacional de largo plazo, se traduce en una carencia de institucionalidad de la eficiencia energética, que conlleva a que los compromisos sean individuales, las acciones aisladas, y en muchos casos, los resultados efímeros.
- ¿Qué acciones cree que son necesarias que éstas desempeñen?
El rol de las instituciones, tanto públicas como privadas, es clave para el desarrollo de la eficiencia energética, y existen diversas acciones que pueden ser llevadas a cabo por las mismas; en líneas generales, se puede mencionar la aplicación de medidas de mejora de eficiencia energética y gestión de la energía dentro de las propias organizaciones, la participación en proyectos de cooperación con fines de bien común, la capacitación del personal y la contribución a la concientización de la comunidad en el uso racional de los recursos energéticos; además de los bienes y/o servicios que pueden ofrecer ciertas empresas específicamente dedicadas a ello.
Sin embargo, para acceder al verdadero potencial de la eficiencia energética y garantizar la trascendencia y sostenibilidad de las acciones desarrolladas, resulta de fundamental importancia que se constituya como una política de Estado. Para ello, es esencial contar con un sistema de gobernanza adecuado, que contemple la definición de los aspectos regulatorios, institucionales y financieros requeridos para la correcta implementación de las políticas y el desarrollo de mecanismos para minimizar las barreras existentes. De la misma manera, es de central importancia sentar las bases para el consenso y acuerdo social, asegurando una clara definición de roles y responsabilidades de cada uno de los actores intervinientes – entre ellos, las instituciones, públicas y privadas –.
- ¿Qué otras mujeres le han inspirado en su carrera?
Mi primera y mayor inspiración como mujer profesional, ha sido mi madre. Si bien yo he elegido una disciplina completamente diferente, he crecido teniendo como referente a una mujer independiente, profesional de la medicina, que ha logrado desarrollarse en los distintos ámbitos de su vida aun debiendo ocuparse por sí misma de su hija. Siempre me ha alentado a seguir mis convicciones y construir mi propio camino.
En relación a mi profesión, he encontrado inspiración en muchas mujeres de distintas generaciones y en diversos ámbitos. Durante el cursado de mi carrera universitaria he tenido muy pocas profesoras mujeres, todas sobresalientes en su rol y con una gran trayectoria profesional, habiendo pertenecido a generaciones en las que las ingenieras civiles eran una minoría muy considerable. También ha sido motivante ver que en mi generación la participación de mujeres había aumentado, y que la tendencia continúa.
Particularmente, en relación al campo de la eficiencia energética, una gran referente es Andrea Heins, una mujer en la que he encontrado inspiración y que ha tenido incidencia en mi decisión de continuar desarrollando mi carrera profesional en este ámbito.
- ¿Qué consejos daría a otras mujeres que quieren seguir su trayectoria profesional?
En base a mi experiencia, el principal consejo que les daría, no sólo a mujeres sino a los jóvenes en general, que quieran comenzar a desarrollar sus carreras profesionales en el ámbito de la eficiencia energética, es que se capaciten. Es importante que desplieguen los recursos que estén a su alcance para comenzar a tomar un rol activo en este campo, realizando cursos de capacitación específicos, consultando fuentes de información de acceso público, participando de eventos, generando nuevos contactos e intercambiando conocimientos con otros profesionales del sector.
Personalmente, pienso que si bien es una realidad innegable que las mujeres cargamos con una estigmatización social muy marcada, que ha prevalecido durante generaciones, y que debemos continuar luchando para eliminarla, no debemos victimizarnos por ello. Quiero decir que, sin desconocer esa realidad, debemos enfocarnos en nuestras propias convicciones y trabajar para alcanzar los objetivos que nos propongamos, con seguridad en sí mismas, y dejando de lado el miedo a equivocarnos; y siempre tener presente que no tenemos que realizar esfuerzos extraordinarios para demostrar nuestra capacidad.
Por último, quisiera agregar que en mi experiencia personal, me ha tocado ocupar roles directivos siendo muy joven, liderar equipos de trabajo y también ser par de personas de diversos géneros y grupos etarios. Si bien mi balance es positivo, y he conocido gente maravillosa a lo largo de estos años que me ha acompañado en mi crecimiento, también es cierto que he vivido situaciones incómodas como mujer, y que he atravesado muchas otras ocasiones desafortunadas y faltas de respeto por el simple hecho de ser joven.
Es por ello que, hago extensivos mis consejos a todos los jóvenes – sin excluirme aún por completo de este grupo –; y debemos tener presente que, todas las personas en algún momento han dado sus primeros pasos sin experiencia previa, se han equivocado y han aprendido. Creo que todo en la vida es aprendizaje, y de eso depende la evolución.
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